Capítulo 4. Códigos y Sirenas



Solo me sale un suspiro que me estremece, a lo lejos se ven y se escuchan códigos y sirenas de la ambulancia , ya quiero que todo esto termine digo para mis adentros, -ya vienen-, me dice el director de la facultad con sus ojos totalmente abiertos, y llevo mi mano a mi cabeza mientras cierro mis ojos por unos instantes, la secretaria se dirige al director diciéndole, -¿no cree que será mejor que atiendan a la chica en su oficina?, -si claro, así ella se sentirá mas cómoda, no queremos en estos momentos a los estudiantes de fisgones por aquí- , le contesta el director con la mirada baja, - ¿vamos corazón?-, me dice la secretaria estrechándome su mano, tomo su mano solo como agradecimiento ya que en verdad trato de hacerme la fuerte, entramos a la oficina del director y me siento en un sillón de terciopelo negro que esta justo enfrente de la mesita de centro, la secretaria sale y deja la puerta entre abierta, tomo un respiro y escucho entrar a la dirección a los paramédicos de la cruz roja, saludan dando las buenas tardes y preguntando quien es la chica que fue atacada, y me muerdo las uñas, el director les contesta, - esta en la oficina, pasen por favor-, tocan la puerta entre abierta pidiéndome permiso para pasar y yo solo los miro con cara de angustia y se me escapa una lagrima que enjuago de inmediato con mi mano derecha, me regalan una mirada de consuelo, noto que son una paramédico y un paramédico, y el me pregunta, -¿pero que te paso?, ¿en que te podemos ayudar?, le contesto con mi voz entre quebrada y mis ojos vidriosos, -fui… atacada en el baño y el tipo me lastimo con una navaja suiza a un costado del vientre-, -muéstrame la herida-, me dice el paramédico con su mirada curiosa y levanto mi blusa algo apenada y bastante adolorida a la vez, y examina la herida haciendo que me salga un ¡auch!,  -¿te limpiaron la herida?, me pregunta, -si-, le contesto, -lo hicieron bien-, me dice mirándome a los ojos, y yo sonrío tenuemente, -la navaja no estaba muy filosa-, dice la paramédico, - por lo general este tipo de navajas pierden su filo rápidamente, ya que sirven para todo y a la vez para nada-, contesta el paramédico con una risita tratando de relajar el ambiente, - pero al final cumplió su cometido-, contesto con irritación en mi voz, -desgraciadamente así es, pero hubiera sido peor, créeme-, me contesta frunciendo el seño, y yo solo suspiro, y en ese momento en particular siento una ausencia en todo mi ser, como si algo me hiciera falta, como un espacio en mi piel, me hace falta su mirada, me hace falta su presencia, me hace falta el tintinar de su voz, me hace falta el rose espontaneo de su piel en estos momentos, no se si mi amiga Bere ya le halla platicado a Santiago todo lo sucedido, no quiero imaginar como se pondrá Santiago en cuanto se entere que Logan Iriarte me ataco y peor aun, que quiso propasarse con migo, será mejor que no sepa mi pesar, la verdad no se como reaccionara, y la verdad prefiero no saber, yo sé que solo somos amigos, pero estoy segura que aun así le importo demasiado, el problema será que le inventare, que cosa loca hare para que el me crea, claro si es que puedo convencerlo, ya que al parecer me conoce mejor que yo. Y como zumbido escucho la voz de la paramédico, -vamos a rociarte un anestésico para cocerte la herida, no es tan profunda, pero en ese lugar en particular fluye mucho la sangre y es mejor cerrar la herida, pero no te preocupes, solo serán como siete puntadas-, y yo solo aprieto mis ojos esperando que la punta de la aguja entre y perfore mi piel, la paramédico hace una nueva limpieza en mis heridas y después me rocía el espray anestésico mientras con mis ojos ya entre abiertos veo como el paramédico prepara  aguja e hilo como si fuera a coser una bastilla o un agujero de un pantalón roto, el paramédico me dice mostrando su interés, - este tipo de hilo quirúrgico no es absorbible pero no te deja tan marcada la piel, así que no te preocupes, una semana es suficiente para retirarte los puntos y que sane tu herida,  así que es necesario que vallas a tu centro de salud o a la misma cruz roja-, en mis pensamientos pasa la idea de cocer mi alma, ojala se pudiera cocer y sanar la herida que estoy sintiendo en ella y que no dejara marcas de por vida, y escucho la voz del paramédico, -¿estas lista?-, y le contesto cerrando mis ojos lo mas fuerte que puedo tratando de ausentarme de mi cuerpo, - creo que si-, y siento como la aguja invade mi piel, la verdad solo siento como una gran punzada, no tan dolorosa como esperaba, pero mejor trato de divagar para no ponerme ya mas nerviosa, trato de recordar todo lo que hice antes de llegar hasta aquí, antes de sentir esta rasgadura en mi piel, que ahora sé que es tan frágil como el papel, y como flashazos vienen las imágenes a mi mente de lo que paso hoy en el autobús de camino para acá, de como aquel chico tan fuerte y con voz tan sexy me sostuvo entre sus brazos al momento de que el camión freno tan abruptuosamente, que si no, hubiera ido directo hacia atrás a estrellarme contra el piso, su aliento en mi nuca y su voz en mi oído, su cálido pecho y su mano en mi cintura, su aroma a menta y canela y su rostro, su rostro es una incógnita para mi… en blanco por completo, de pronto mi cuerpo se estremece y el paramédico me dice con voz de regocijo, -listo niña, quedaste como nueva-, le contesto con una sonrisa a medias, - gracias, en verdad te lo agradezco mucho-, - es mi trabajo, y lo hago lo mejor que puedo-, me dice con orgullo en su voz, y la paramédico me recuerda que tengo que ir a que me revise el medico y me recete unos antibióticos y desinflamatorios. En eso se escucha la sirena de la patrulla que se estaciona en frente de la facultad, y tuerzo la boca, ¡hay no!, la verdad no quiero hacer esto, y le pregunto al paramédico con un hilo de voz, -¿es muy necesarios que me entreviste la policía?, - así es, recuerda que lo que te paso no fue cualquier cosa, y además hay que evitar que la persona que te ataco no vuelva a lastimar a alguien mas-, me contesta seguro de sus palabras, y solo asiento con mi cabeza, y la paramédico me dice mirándome directo a mis ojos, - es muy importante que pongas una denuncia, no es justo que ese tipo ande por ahí suelto con lo peligroso que es, además este día tu corriste con mucha suerte, es mas, tu ángel guardián estaba muy cerca de ti, no sabemos si este tipo ya hizo lo mismo con otras chicas y si lo seguirá haciendo-, y mi cuerpo se eriza, -no te preocupes, nosotros también tenemos que dar un reporte sobre tu caso, de como es que te encontramos y que fue lo que hicimos, no estarás sola-, me dice el paramédico mostrándose tranquilo, en eso se escucha que abren la puerta de cristal de la dirección, y se escuchan las voces de dos personas mas en la sala, al parecer ya por fin esta aquí la policía, ¡rayos!, como si no fuera poco sentir este dolor de las suturas en mi cuerpo tambaleante, todavía tengo que recordar al tipo que me ataco, ¡ash!, rechino mis dientes, y dos hombres algo robustos con traje azul marino entran a la oficina del director, y cierro mis ojos pero solo por unos segundos, trato de controlar mis sentimientos encontrados y de no derramar ni una lagrima, pero mis ojos enrojecen por el esfuerzo, noto que el director y la secretaria también entran a la oficina, el director toma su lugar en el escritorio, y la secretaria se queda parada al lado de la puerta, mientras los policías se sientan hacia el otro lado de la salita de la oficina con mucha curiosidad en sus miradas, y uno de ellos me dirige una pregunta, -¿ que fue lo que te hicieron?, claro, supongo que tu eres la chica que atacaron, ¿verdad?-, - si-, y de pronto el pánico se apodera de mi enmudeciendo mi garganta al reconocer lo serio del asunto,  mi cabeza me da vueltas y me hace falta el aliento, la paramédico al verme un tanto mareada, me pregunta, - ¿quieres tomar un poco de aire?-, el director dirige la mirada a la secretaria con sus ojos bien abiertos ordenándole prácticamente que salga con nosotras, nos dirigimos hacia fuera y noto que hay algunos estudiantes curiosos que nos miran algo confundidos, pero la secretaria se encarga de que se disipen por los otros corredores de la escuela, supongo que ese era el plan del director al comerse con la mirada a la secretaria cuando la paramédico me pregunto si quería salir a tomar aire, a lo lejos, cerca de la cafetería, por un momento creo ver a Santiago, pero en realidad no se si es el, o las ganas que tengo de verlo y perderme entre sus brazos y olvidarlo todo, así que supongo que solo es una alucinación, se me ocurre voltear hacia el sillón individual donde se supone esta sentada mi amiga Bere, pero ya no se encuentra allí, la verdad no había notado su ausencia, respiro profundo y con zozobra pregunto a la paramédico, - ¿Qué estará pasando adentro?, y ella me contesta, -seguramente le están preguntando a mi compañero como  te encontramos, que lesiones son las que te hicieron y como estas anímicamente, y para serte sincera, es de los mas normal que después de un ataque como el que sufriste, al principio queden secuelas, y que por eso estés tan estresada, en realidad eso es lo que te hace actuar de esa manera-, y le digo con cara de preocupación, - no entiendo-, -si mira, tu mente trata de protegerte cuando quieres recordar el suceso que te ha lastimado,  hace que tu cuerpo también lo rechace al sentir malestares como mareos acompañados de nauseas, así que para tu cuerpo y tu mente es mejor no recordar nada, así es como te protege-, y le contesto, -¡hooo!, entonces será mejor así, no recordar nada-, y en eso se escucha la voz del director pidiéndonos que entremos, y me muerdo los labios casi hasta hacerlos sangrar, veo de reojo que sale el paramédico de la oficina y le pide a su compañera que valla con el por que tienen que ver algo, solo alcanzo a ver que se apresuran hasta el fondo del corredor y dan vuelta hacia la izquierda. Entramos directo a la oficina del director donde aun me esperan los dos policías, el director y la secretaria siguen conmigo como una sombra, me siento lentamente en el sillón que esta enfrente de ambos polis, pero esta vez decido ser valiente y no agachar la mirada, pasan unos segundos para que la primera pregunta dirigida hacia mi sea elaborada, con una libreta en la mano uno de ellos lanza la primera pregunta directa y sin rodeos, - ¿Remy, porque crees que fuiste atacada?-, con una mirada incrédula pero segura de ello le contesto, - no lo se-, en cuento termino mi respuesta me es dirigida inmediatamente la siguiente pregunta, -¿conoces al atacante?-, me pregunta el otro policía, - así es, va conmigo en algunas clases-, le dirijo mi respuesta con los ojos entre abiertos, -¿qué relación tienes con el?-, me pregunta el mismo policía, - Logan Iriarte y yo solo somos compañeros de clase, y solo eso-, le contesto con ferocidad en mi voz, - ¿anteriormente habías tenido algún percance con el?-, ahora pregunta el otro policía con su mirada gélida, -pues creo que si-, le contesto algo abrumada, -¿Por qué…, que fue lo que paso?-, me preguntan de nuevo, las miradas expectantes de todos en la habitación tratan de intimidarme, pero sin balbuceos y sin confusiones, les relato lo que paso aquel día en el laboratorio de informática y que desde ese día siento la mirada de Logan vigilando cada paso que doy, pero que en mi interior quería creer que solo eran figuraciones, y que la mayor parte del tiempo si me lo encontraba en los pasillos de la facultad siempre daba media vuelta y lo evitaba por completo, -hooooo…, ahora entiendo-, comenta uno de los policías con perspicacia en sus ojos, - ¿y le diste algún motivo para que hoy te atacara?, pregunta el mismo policía, -¡no!-, le contesto sacudiendo mi cabeza,    -¿segura?-, me pregunta de nuevo, - que ¡no!-, le contesto subiendo el volumen de mi voz algo exaltada y molesta, y de pronto siento de nuevo el dolor de mis heridas que se habían desvanecido por un momento de mi conciencia, y en eso el director pregunta, - pero… ¿por qué dice que ahora entiende?, -bueno…, la verdad todos los días se atienden casos policiacos de este tipo-,  el policía lo dice con tanta naturalidad que hasta se me enchina la piel, - ¿de que tipo?-, pregunta la secretaria con impaciencia, -le puedo asegurar que se trata claramente de un sociópata, claro si el relato del ataque que sufrió esta chica va en la dirección correcta a mi afirmación-, y me mira con curiosidad y pregunta, -¿como te ataco y cuales fueron las palabras exactas al momento de atacarte?, esa pregunta me helo la espalda por un momento pero no agache la mirada, les conté como fue que termine en el baño del ultimo edificio, y que ahí fue donde se atrevió a atacarme, no se si dije las palabras exactas que Logan me dijo en ese momento, pero estaban tan frescas en mi mente aun, de momento me interrumpen, diciendo que es probable que Logan este implicado en los otros asesinatos que ha habido en los baños de otras facultades de la universidad, la secretaria y el director al igual que yo, ponemos cara de horror, aun que ya lo sospechaba al momento de su ataque al recordar el periódico que leí de paso en las manos de aquel estudiante en la cafetería, y por un momento pasa por mi mente, ¿que fue lo que paso conmigo?, ¿Por qué yo corrí con tanta suerte?, ¿por qué ellas no pudieron huir?, claro…, estaba enormemente agradecida, sentí que estaba bendecida, y que alguien en el cielo definitivamente seguía mis pasos y me estaba cuidando, y viene a mi… el recuerdo de mis padres, así que no solo fue mera suerte, pero bueno en estos momentos ya solo alucino y siento como si todo esto fuese un mal sueño del que ya quiero despertar, ya por fin termino el relato de mi ataque, en el cual por supuesto menciono a Claudia Jiménez , y el policía que por ultimo me interrogaba, sacude su cabeza afirmando lo que ya había mencionado, se trataba de un comportamiento sociópata, es decir un trastorno antisocial de la personalidad, no respeta reglas, no respeta leyes, y no puede adaptarse a ellas, y aun que saben que están haciendo daño actúan por impulso para alcanzar lo que desean, pero queda mucho por investigar, había que hacer mas interrogatorios a sus familiares y a las personas mas allegadas a él y sobre todo a Claudia, e investigar su historial clínico. En eso llega el paramédico que atendió mis heridas y con una mirada de tempano dirige sus pasos veloces hacia los policías y dice, - por favor tienen que ver esto-, se levantan precipitadamente de sus lugares en el sillón de terciopelo, y el director los mira con curiosidad, estoy segura que todo esto se trata de la persona que encontraron en el baño donde fui atacada, ¿acaso Logan abra herido a alguien mas?, la verdad no entiendo por qué tanto misterio, no imagino que estará pasando. El director deja a cargo a la secretaria para poder acompañar a los policías, le pide que no me deje en ningún momento e insiste que haga la llamada a mis abuelos para contarles lo sucedido y que si es necesario el hará esa llamada, pongo mis ojos en blanco ya que esa llamada preocupara como nunca a mis abuelos, pero bueno, en estos momentos que me he armado de valor tendré que resignarme a contarles todas las peripecias que he pasado hoy en mi cumpleaños y estoy preparada para ello. -¿Te paso el teléfono?-, con zozobra en su mirada me pregunta la secretaria, lo pienso un poco antes de decir, -si claro- , y toma el teléfono azul inalámbrico que esta en el escritorio del director, me lo entrega y me mira con dulzura diciendo,- estaré en mi escritorio para lo que necesites-, la miro a los ojos por un momento y respiro una bocanada de aire, imagino que desea ser prudente y quiere que haga a solas la llamada a mis abuelos para ver si así me animo hacerla, miro el teléfono en mi mano y mi mano comienza a temblar, estoy tan asustada, me asusta mas tener que decirle a mis abuelos que fui atacada en el baño de la escuela, que los navajazos que recibí, me aferro al teléfono apretándolo con firmeza y decidida a marcar el numero telefónico de mi casa, aprieto el botón verde para que el teléfono de línea y lo coloco en mi oído y escucho el piiiiiiiiiiii…, lo miro de nuevo y sin pensarlo marco lo mas rápido que puedo el numero, después de esperar solo unos segundos contesta mi hermano Lalo, -¡bueno!-, -hola Lalito, ¿Cómo estas?-, le pregunto con la misma voz de siempre, y me contesta, -¿Remy donde estas?, te estamos esperando, ya quiero comer pastel de zanahoria-, -hoooo… si, imagino que estas impaciente ¿verdad?-, le contesto con un poco de angustia en mi voz, - si ya vente Remy, ya te quiero ver-, me lo dice con algo de presión, - si Lalito, en un ratito mas voy, pero pásame a mi abue por fa, ¿si?, - le digo con voz suavecita intentando ser discreta, -mmmmmmm, ¿pero ya vienes?, me lo repite una y otra vez como intuyendo algo raro, - si Lalito ya voy, pásame a mi abue Remedios por fa-, se lo digo con fuerza en mi voz-, -bueno, voy por ella-, y al parecer ha dejado el teléfono por que ya no lo escucho, como en casa no tenemos teléfono inalámbrico aun, tenemos que echar a correr, ahora que lo pienso, creo que hubiera sido mejor pedirle a Lalo que llamara al mi abue Justo, mi abue Remedios me interrogara peor que la policía, pero en fin, que pase lo que tenga que pasar, -¿Remy? escucho la voz de mi abuelita a través de los cables del teléfono, se me eriza la piel y se me congela la voz-, ¿qué paso hijita?, ¿Cómo estas?, ¿ya van a venir?, ¿por qué están tardando?-, pregunta tras pregunta de mi abuela que me siento bombardeada por ellas, - estoy bien abuelita, solo que he tenido un contratiempo-, se lo digo sin tropiezos en mi voz, -¿qué?, ¿pero.. ¿por qué?, ¿qué te paso? Remy-, y suena ya su voz algo alterada,-abuelita, estoy bien, ¿que no estas hablando conmigo?-, se lo digo con la voz mas tranquila que pude fingir, -pues si, pero quiero saber ¿que te paso?, ¿donde estas?-, me lo dice un poco menos alterada, -si te lo voy a decir, te contare todo, pero por favor, quiero que sepas que estoy bien y quiero que te calmes, a si no puedo contarte nada-, creo que mi voz serena la tranquilizo por que empezó a escuchar detenidamente, le conté que tuve un accidente en el baño con un tipo de la escuela que al parecer quería asaltarme, y que al salir corriendo de ahí  caí por las escaleras y me corte con los tubos de unos mesa bancos que estaban mal puestos al final de los escalones, que tuvieron que llamar a la cruz roja por que mis heridas necesitaban ser atendidas, y que también tuvieron que llamar a la policía para poner una denuncia,  y que el director había estado conmigo en todo momento,  la verdad no podía creer la historia que estaba contando, me dolía en el alma tener que estar inventándola, pero creo que la verdad le dolería mas a mi abuela, además no tenia cara, en este caso voz para contarle que ese tipo se quería aprovechar de mi, eso si no la dejaría dormir, no me siento orgullosa por decir mentiras, es mas a mis abuelos nunca les he mentido pero siento la necesidad por lo menos esta vez.  - Hay hijita, como no estuve contigo para defenderte –, lo dice con sus emociones a flor de piel, -no te preocupes abuelita estoy bien, además claro que pude defenderme, el problema fue mi torpeza, creo que no reaccione bien al ataque y tropecé-, se lo digo con una risita que desaparece con la distancia, por fin logro medio calmar a mi abuela, así que colgamos,  decide venir por mi en la camioneta del abuelo, claro le pide a mi abuelo Justo que la traiga a la facultad ya que mi abuela ni por equivocación maneja un carro, y bueno no podía negarme, ella necesitaba verme para estar mas tranquila, además tarde o temprano tenia que darse cuanta, no podía ocultarle nada, mi conciencia no me dejaría aunque halla tenido que inventar toda una historia, además no creo poder regresar a mi casa en autobús en el estado en que me encuentro, la verdad aun me encuentro algo aturdida, me da miedo tener que enfrentar a Logan de nuevo, no se si esta vez tenga la fuerza necesaria para defenderme, además muero por verlos, me siento tan protegida al lado de ellos, sé que son mis abuelos, pero a Lalito y a mi nos has criado como si fuéramos mas que eso. De pronto la secretaria llega a mi lado y me pide que la acompañe al baño donde fui atacada hacia unos momentos, ya que necesitan que vea algo urgente, me pregunto que será, agacho la mirada por unos segundos y juego con mi pie derecho tambaleándolo, trato de evadir los recuerdos del ataque lo mas que puedo, le pregunto para que, pero la secretaria no sabe que decir, pero noto en su faz algo de inseguridad y en su boca apretada algo de temor, me levanto del sillón recargándome del escritorio mientras inhalo y exhalo, ya no sé que esperar de todo esto, solo pido que todo acabe bien, la secretaria va directo a su escritorio y saca del cajón de mero abajo una bolsa de plástico trasparente donde se ve que guarda algunas blusas nuevas, al parecer aparte de ser secretaria vende ropa en su tiempo libre, saca una en color azul zafiro como uno de los ojos de Santiago, y viene a mi mente su rostro, pero sobre todo su mirada verde y zafiro, me la entrega y dice, -toma Remy, es mejor que te cambies de blusa para salir, además ya vienen tus abuelos y es mejor que no te vean así-, la tomo con ambas manos tratando de no acercarla a mi cuerpo para no mancharla de sangre, a pesar de que la blusa que llevo puesta es negra, no disimula mucho el rojo de mi sangre, miro la blusa con gusto y le digo,- gracias, después paso a pagarle-, y me sonríe, -no te apures, es un obsequio, además tu la necesitas mas-, asiento con mi cabeza y voy derecho al baño, cierro con seguro la puerta y sin querer me miro de nuevo al espejo e inmediatamente volteo hacia otro lado, trato de bloquear de mi mente mi rostro, me quito de un tirón la blusa para hacer las cosas mas rápidas pero me lastimo un poco y me salen algunas lagrimas, miro de reojo mis heridas y ya no se ven tan mal aun que estoy algo adolorida, me pongo con mas cuidado la blusa nueva que me dio la secretaria y salgo del baño, -listo-, le digo sin ninguna expresión en mi rostro, -vamos-, me dice la secretaria haciendo un ademan con su mano,  giro mi cabeza observando todo el lugar y me doy cuenta que mi mochila no esta por ninguna parte, pero la secretaria intuye lo que busco y me dice que la guardo en el escritorio del director y que en un momento mas me la entregara, mientras me quita de la mano la blusa negra manchada de sangre y la guarda en su escritorio, abre la puerta con la cadera y me pide que salga, al principio doy unos tras pies, pero después voy lo mas derecha posible disimulando un poco mi torpeza…


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